sábado, mayo 20, 2006
Nafarroa Stage o Las Chicas de la Cruz Roja
Hacía más de un año que no visitaba ese reducto navarro de pimientos y toro con soga que es Lodosa y con motivo, o excusa, de la confirmación de mi prima la pequeña pues allí que fuí dispuesto a pasar un fin de semana ajetreado y estresante... como mandan los cánones.
Un magnífico viaje que nuevamente me brindó la señorita Renfe en una autentica reliquia del siglo pasado, 440.088, con aire acondicionado del de toda la vida (ventanillas abajo) y algún que otro bollito que pululaba cerca. Disfruté de pequeños momentos "exelentes" viendo como el paisaje se deslizaba veloz al otro lado de las ventanillas de aquel trasto mientras en mis oidos sonaba buen trance. Ese "Age of Love" viendo las cercanías de Logroño a toda velocidad me puso la piel de gallina... y es que hay que ver con que poco puedo llegar a ser feliz.
Ni que decir tiene que las señoritas L' y L" no aparecieron por ningún lado... y casi mejor que luego hay envidias y yo no quiero lios... o si.
Bueno, el caso es que aparte de la familia que está bien, gracias, pues hay que salir y disfrutar y ver bollos e incluso intercambiar impresiones con ellas.
Casualidades de la vida, ese fin de semana se inauguraba la nueva sede de la Cruz Roja en la localidad anteriormente mencionada y para su celebración pues había una especie de capea matinal con vacas que más que vacas parecian ovejas con cuernos pero que nos hizo deleitarnos como auténticos campeones del recorte y toreo, eso sí, desde el tendido. El cabrón de mi primo, que tiene 4 años, bajó a la plaza como un campeón y ahí estuvo toreando. Se llevó los aplausos de los bollos allí congregados así que decidí que me le llevaría a todos lados... que así a la tonteria los bollitos se le acercaban a decirle cosas y ya de paso... pues eso.
Después de la capea nos fuimos a tomar unas cervecillas para hacer hambre hasta la hora de comer y ya de paso aprovechar para hacer los primeros contactos del día... que ya era hora digo yo. Así que entre cerveza y cerveza, fui a comer ya casi casi tajado, evalué el percal como todo buen macho cabrío en celo. Comentar que había de todo, buenos bollos y menos buenos bollos, pero que en general había nivel.
A la noche nos fuimos a cenar a un garito de la localidad donde hincamos el diente a un exelente chuletón y donde se puede decir que hice amigos y amigas que me llamaban "el gallego". No entiendo por que a la gente cuando bebe la da por decir que tengo acento gallego. Tendré acento de pueblo, pero gallego... como que no. Y es que no hay nada mejor que ser la novedad porque parece que eres el centro de atención y que todo el mundo quiere "experimentar" que coño hay detrás de ese ser que nunca han visto y que aquella noche fué a cenar donde en teoría no debería haber ido. Experiencia positiva ésta aunque se que para la próxima vez que vaya, ya no se acordará ni el tato de mí... o quizá si.
Al grano, Mariano. La cena y la noche no podía culminar sin su momento copas, que realmente lo de la cena era una excusa para salir a tajarse después. A pesar de que no había mucha gente aquella noche, nosotros nos divertimos un rato ya que eramos como 20 personas con alto contenido alcoholico en sangre lo cual nos hacía los jefes de la fiesta.
Y como había que madrugar al día siguiente, no olvidemos que yo venía a una confirmación, pues a las 3 a.m. decidimos poner punto y final al jaleo no sin antes tener un pequeño conflicto "emocional" XDDD. Situemonos: nos vamos a casa pues mi familia y yo. Mi familia va en busca del auto y yo me quedo con un grupito. Estamos ahi hablando y tal y yo digo, bueno gente, me piro, nos vemos el año que viene o dentro de dos. Los chicos dicen "bueno, pues nada, hasta luego". Las chicas dicen "bueno, a ver si vuelves pronto y tal..." En esto que se me acerca una de ellas, una morenaza que estaba hecha un bollo y en la cual me llevaba fijando toda la noche porque tenía un algo que la hacía diferente a las demás y me coge de la cintura y me dice "quédate, no te vayas, quédate un rato más". Yo... no sabía que decir, ni que hacer y en esto que llega mi familia con el coche y dicen "ala, vamos, sube o vas andando". Claramente me entró algo parecido a miedo, pánico o algo similar, así que me subí al coche y ni siquiera me despedí de la morenaza bollito. A veces me paro a pensar que soy un poco marginal... pero bueno, si no no sería Tox.
Al día siguiente tocó madrugar y a eso de las 9 ya estaba despierto, que no levantado, para ponerse uno guapo e ir a hacer el papel de "Il padrino" en la confirmación de mi prima.
Pues nada que me tocó ir a misa, subir al altar y decir el nombre de la susodicha confirmante. Acabé un poco harto de la misa pues me tragué hora y media y ya empezaba a bostezar seriamente.
Después llegó la hora del vermut, que eso no se perdona. Va irremediablemente unido a la asistencia a misa. Degustamos unos exquisitos pimientos rellenos del bar Molina, que joder lo ricos que están, con su correspondiente cervecita y allí nos encontramos con un bollito de la noche anterior a la cual también examiné detenidamente pero curiosamente fué con la única con la que no hablé, sin contar a las feas claro.
Y de ahí poco más. Comida familiar a la par de que el Fernando Alonso daba cuenta de sus rivales en el Gran Premio de España de Fórmula 1 y a recoger la maleta que había que volver otra vez a la puta rutina de todos los días y bla bla bla.
El viaje comenzó con incidentes con uno de los típicos retrasos que la señorita Renfe nos tiene acostumbrados y para colmo me toca en el último coche de todo el tren. Al menos la compañía era grata, no la de mi lado sino la de alrededores porque viajaba un alto nivel de bollería así que del mal el menos.
Comentar que la señorita que ocupaba la plaza 04P del coche 29 y que iba con destino Salamanca me pilló como unas 10 veces mirandola. Pero claro, yo la pillé otras tantas veces mirando a la zona donde estaba yo, no voy a decir que me miraba porque no procede. Al menos cuando me bajé del tren tuvo la amabilidad de decirme "hasta luego".
Y una vez abandonadas las instalaciones de Adif volví a la realidad de las chúngaras, del trabajo y el estrés de una semana bastante desastrosa.
Un magnífico viaje que nuevamente me brindó la señorita Renfe en una autentica reliquia del siglo pasado, 440.088, con aire acondicionado del de toda la vida (ventanillas abajo) y algún que otro bollito que pululaba cerca. Disfruté de pequeños momentos "exelentes" viendo como el paisaje se deslizaba veloz al otro lado de las ventanillas de aquel trasto mientras en mis oidos sonaba buen trance. Ese "Age of Love" viendo las cercanías de Logroño a toda velocidad me puso la piel de gallina... y es que hay que ver con que poco puedo llegar a ser feliz.
Ni que decir tiene que las señoritas L' y L" no aparecieron por ningún lado... y casi mejor que luego hay envidias y yo no quiero lios... o si.
Bueno, el caso es que aparte de la familia que está bien, gracias, pues hay que salir y disfrutar y ver bollos e incluso intercambiar impresiones con ellas.
Casualidades de la vida, ese fin de semana se inauguraba la nueva sede de la Cruz Roja en la localidad anteriormente mencionada y para su celebración pues había una especie de capea matinal con vacas que más que vacas parecian ovejas con cuernos pero que nos hizo deleitarnos como auténticos campeones del recorte y toreo, eso sí, desde el tendido. El cabrón de mi primo, que tiene 4 años, bajó a la plaza como un campeón y ahí estuvo toreando. Se llevó los aplausos de los bollos allí congregados así que decidí que me le llevaría a todos lados... que así a la tonteria los bollitos se le acercaban a decirle cosas y ya de paso... pues eso.
Después de la capea nos fuimos a tomar unas cervecillas para hacer hambre hasta la hora de comer y ya de paso aprovechar para hacer los primeros contactos del día... que ya era hora digo yo. Así que entre cerveza y cerveza, fui a comer ya casi casi tajado, evalué el percal como todo buen macho cabrío en celo. Comentar que había de todo, buenos bollos y menos buenos bollos, pero que en general había nivel.
A la noche nos fuimos a cenar a un garito de la localidad donde hincamos el diente a un exelente chuletón y donde se puede decir que hice amigos y amigas que me llamaban "el gallego". No entiendo por que a la gente cuando bebe la da por decir que tengo acento gallego. Tendré acento de pueblo, pero gallego... como que no. Y es que no hay nada mejor que ser la novedad porque parece que eres el centro de atención y que todo el mundo quiere "experimentar" que coño hay detrás de ese ser que nunca han visto y que aquella noche fué a cenar donde en teoría no debería haber ido. Experiencia positiva ésta aunque se que para la próxima vez que vaya, ya no se acordará ni el tato de mí... o quizá si.
Al grano, Mariano. La cena y la noche no podía culminar sin su momento copas, que realmente lo de la cena era una excusa para salir a tajarse después. A pesar de que no había mucha gente aquella noche, nosotros nos divertimos un rato ya que eramos como 20 personas con alto contenido alcoholico en sangre lo cual nos hacía los jefes de la fiesta.
Y como había que madrugar al día siguiente, no olvidemos que yo venía a una confirmación, pues a las 3 a.m. decidimos poner punto y final al jaleo no sin antes tener un pequeño conflicto "emocional" XDDD. Situemonos: nos vamos a casa pues mi familia y yo. Mi familia va en busca del auto y yo me quedo con un grupito. Estamos ahi hablando y tal y yo digo, bueno gente, me piro, nos vemos el año que viene o dentro de dos. Los chicos dicen "bueno, pues nada, hasta luego". Las chicas dicen "bueno, a ver si vuelves pronto y tal..." En esto que se me acerca una de ellas, una morenaza que estaba hecha un bollo y en la cual me llevaba fijando toda la noche porque tenía un algo que la hacía diferente a las demás y me coge de la cintura y me dice "quédate, no te vayas, quédate un rato más". Yo... no sabía que decir, ni que hacer y en esto que llega mi familia con el coche y dicen "ala, vamos, sube o vas andando". Claramente me entró algo parecido a miedo, pánico o algo similar, así que me subí al coche y ni siquiera me despedí de la morenaza bollito. A veces me paro a pensar que soy un poco marginal... pero bueno, si no no sería Tox.
Al día siguiente tocó madrugar y a eso de las 9 ya estaba despierto, que no levantado, para ponerse uno guapo e ir a hacer el papel de "Il padrino" en la confirmación de mi prima.
Pues nada que me tocó ir a misa, subir al altar y decir el nombre de la susodicha confirmante. Acabé un poco harto de la misa pues me tragué hora y media y ya empezaba a bostezar seriamente.
Después llegó la hora del vermut, que eso no se perdona. Va irremediablemente unido a la asistencia a misa. Degustamos unos exquisitos pimientos rellenos del bar Molina, que joder lo ricos que están, con su correspondiente cervecita y allí nos encontramos con un bollito de la noche anterior a la cual también examiné detenidamente pero curiosamente fué con la única con la que no hablé, sin contar a las feas claro.
Y de ahí poco más. Comida familiar a la par de que el Fernando Alonso daba cuenta de sus rivales en el Gran Premio de España de Fórmula 1 y a recoger la maleta que había que volver otra vez a la puta rutina de todos los días y bla bla bla.
El viaje comenzó con incidentes con uno de los típicos retrasos que la señorita Renfe nos tiene acostumbrados y para colmo me toca en el último coche de todo el tren. Al menos la compañía era grata, no la de mi lado sino la de alrededores porque viajaba un alto nivel de bollería así que del mal el menos.
Comentar que la señorita que ocupaba la plaza 04P del coche 29 y que iba con destino Salamanca me pilló como unas 10 veces mirandola. Pero claro, yo la pillé otras tantas veces mirando a la zona donde estaba yo, no voy a decir que me miraba porque no procede. Al menos cuando me bajé del tren tuvo la amabilidad de decirme "hasta luego".
Y una vez abandonadas las instalaciones de Adif volví a la realidad de las chúngaras, del trabajo y el estrés de una semana bastante desastrosa.
Comments:
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No eres el único que alguna vez ha tenido la oportunidad delante y por miedo, verguenza o "atoramiento" no se ha atrevido a dar el paso.
Eso sí, la pregunta de "¿qué hubiera pasado si...?" te puede carcomer hasta límites insospechados.
Lamentablemente yo estoy vacunado (pero no curado). No me curo de ser un mojigato sin cojones para esos menesteres, pero estoy vacunado contra la "pregunta".
Y todos felices xD.
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Eso sí, la pregunta de "¿qué hubiera pasado si...?" te puede carcomer hasta límites insospechados.
Lamentablemente yo estoy vacunado (pero no curado). No me curo de ser un mojigato sin cojones para esos menesteres, pero estoy vacunado contra la "pregunta".
Y todos felices xD.
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