domingo, abril 10, 2005
Martin vs Citores (A night @ Palencia & Martin Lovers Reload)
Inolvidable noche la de ayer. No hay otras palabras para definirla. Sin duda mereció el esfuerzo el irse a 160 kms a celebrar unos cumpleaños, concretamente los del señor Martin y Citores, palentinos ambos.
Todo comenzó a eso de las 17:00 de la tarde cuando abandoné mi casa rumbo a tierras vacceas para una noche de... ¿alcohol? A las 17:30 salía mi autobus con destino pucela y mira que siempre que hago este tipo de viajes me gusta hacerlo con el asiento de al lado vacío, pero esta vez me tocó una exelente teen al lado que se miraba bien. Primer contratiempo del día al llegar a pucela, pues un atasco monumental a la entrada hizo que perdiera el enlace a Palencia por unos escasos 4 minutos. Así que nada, unos 45 minutos de espera en pucela paseando por sus calles. Fui a ver a la señorita Vanesa pero no estaba en la tienda que me había dicho que trabajaba... o al menos yo no la vi. Cuando volví a la estación me encontré con uno de los protagonistas de la noche, Citores, con el cual ya hice el viaje hacia Palencia.
Allí ya me estaba esperando el señor Martin para ir a cenar a su casa junto con el señor Ordax. Ya en casa de Martin deglutimos una exelente tortilla "made in Martin's Mother" que estaba deliciosa o más. Y aquí acaba la parte más tranquila de la noche, tras las correspondientes fotos de rigor y los correspondientes agradecimientos por el trato recibido.
Próximo destino era el bar Extremadura, que vive sus últimos días, para iniciar y casi culminar (algunos, verdad Edu) la kalzada. Entre litros y litros de calimotxo, cerveza y gasolina fue llegando toda la tropa para una gran noche. Mencionar que eramos unos... ¿20? bueno, no lo se, eramos muchos en todo caso y de tanta gente que conocí anoche... decir que no me acuerdo del nombre de muchos. Lo siento, para la próxima, que la habrá, intentaré recordarlos. Un buen ambiente reinó a lo largo de toda la noche, pero este fue en el que estuvimos todos más... juntos por decir algo. Reunidos en torno a unas mesas, las cual ibamos usurpando a la gente que estaba en ellas hasta casi hacernos con el bar completo. Para finalizar, una foto de toda la tropa y rumbo al siguiente bar.
Visita casi obligada cada vez que voy a Palencia es la que hay que realizar a la cuna de "Ovni vago" que no es ni más ni menos que el bar "El Cordón" a degustar sus copas baratas, o mejor dicho, medias copas. Ahí ya empezamos a tomar alcohol de calidad, de primera división. Es decir, bacardis-naranjas y no tanto calimotxo, que me destroza.
Entre tan poco espacio pille una silla para recuperar un poco de fuerzas, puesto que había madrugado aquella mañana, y entre que casi vuelan el bar Pedro y Moe mientras jugaban con una estufa y Koala que hablaba de cosas extrañas... pues rumbo al siguiente sitio para alcoholizarnos.
Lo que si es visita obligada cada vez que visito Palencia es el bar donde trabaja Martin, y que por fin he sabido como se llama. Se llama "Pancho". Recientemente reformado y tal, ha quedado chulo, pero a la hora que fuimos, estaba llenisimo de gente. Como dice Marian, la jefa de Martin, "esto biene vien para pagar la reforma". Marian, que se enrolla mazo cada vez que voy nos recomendó ir a otro lado y volver más tarde para así hablar un rato con nosotros.
Pues nada, nos largamos a discutir a la calle a ver donde ibamos. Todo esto con un frío tremendo, así que decidimos ir a "La Santa Sed" a tomarnos unas copillas. Me llevo un buen recuerdo de este bar. Lo primero que veo nada más entrar es a una tremenda chica, rubita, guapisima, que me he quedado mirando como un gilipollas (dirá mucha gente que cada uno mira como lo que es) con lo cual casi me doy un tortazo con una plataforma que hay a la entrada donde la gente hace sus bailes. Sin dejar de mirar a la chica he pedido mi copa y ahí ya he perdido la noción de todo, tiempo, espacio, dinero... Sin duda ha sido el mejor rato porque estabamos ahí todos desfasaos, sin mucha gente o más bien con el bar para nosotros solos aunque al fondo hubiera mas gente, pero teniamos un espacio grande donde poder explayarnos a nuestro gusto, donde podias hablar con todo el mundo y donde cayeron un millón de fotos o más.
Pero yo no podía dejar de mirar a aquella chica. Es de esas veces que ves a alguien y dices... bueno, no dices nada, simplemente babeas y no reaccionas.
Nos hicimos unas fotos con ella y sinceramente creo que de todos las fotos, el que mejor pareja hacía con ella era yo. XDDDDDDD. Modestia aparte.
Pero todo tiene su fin, y nuestra estancia en este bar llegó al suyo. Me despedí educadamente de ella porque ante todo soy un caballero. La dije... no me acuerdo muy bien, pero la dije algo así como que nunca olviadaría a una chica tan guapa como ella y que fue un placer haber coincidido en esta vida y que no la volvería a ver más. Pero ella me dijo que la vida da muchas vueltas y no se que más y cuando iba a quedar con ella para tomar una copa cuando saliera de trabajar... llegó Edu y me arrastró hacia el siguiente bar con lo cual... hasta siempre Elena. Eso sí, me quedo con los besos que me dió.
Por fin llegó la visita al Pancho, el bar donde curra Martin, donde ya la kalzada era tremenda y ya las copas entraban con trabajo. Allí estuvimos un rato largo, no puedo precisar cuanto porque perdi la nocion en el bar anterior. Pero ya había cerrado y todo y nosotros ahí seguiamos de conversación. Ahí ya tomé mi última copa de la noche, ésta.
Cuando salimos del Pancho la indecisión se apoderó del grupo y no sabiamos que hacer, donde ir y que beber. Nos dimos un buen paseito por Palencia lo cual despejó a más de uno, entre ellos a mi. Llegamos a un bar que no se como se llama en el cual nos impidieron la entrada mientras el señor Moe se dedicaba a identificar monedas sólo por el ruido que hacían al caer. Lo que hace el aburrimiento.
Pues nada, más paseos para arriba y para abajo hasta que caimos casi por casualidad en el Club 38, que es un bar que se llama así porque va gente de 38 o más. Al menos pillamos un buen sitio en unos sofás y ahí me tiré un rato hasta casi la hora del tren mientras Martin, que llevaba un palo impresionante, Citores y Carmen fueron los más valientes porque aún tenian estómago para más copas.
Haciendo uso del título de cerrador de bares, nos echaron también de éste último y ya de ahí Ordax y yo decidimos que ya era hora de ir a la estación a coger el tren con destino Valladolid-Campo Grande y volver a nuestras respectivas casas.
Fuimos acompañados por los últimos supervivientes que valientemente, con -2ºC, aguantaron hasta el final y que son éstos.
Llegada a pucela sobre las 7:15 de la mañana y la rutina que ya volvía a hacer acto de presencia después de una noche de desmadre. Lo de siempre, café, botella de agua y mi amigo Marlboro hasta la hora de tomar el autobús con destino Zamora para llegar allí a eso de las 10 de la mañana. Tomar taxi hasta casa y a dormir hasta las 7 de la tarde.
Sólo me queda agradecer desde éstas líneas el trato recibido en Palencia por parte de los palentinos, claramente, a los que no sabría como compensar estas noches que disfruto en territorio vacceo. Muchas gracias a todos y a todas, a los que no enumeraré uno por uno puesto que me olvidaría de mucha gente y no quisiera hacerlo, por hacer que éstas noches sean únicas. Gracias de corazón y prometo repetir, que esto mola.
Todo comenzó a eso de las 17:00 de la tarde cuando abandoné mi casa rumbo a tierras vacceas para una noche de... ¿alcohol? A las 17:30 salía mi autobus con destino pucela y mira que siempre que hago este tipo de viajes me gusta hacerlo con el asiento de al lado vacío, pero esta vez me tocó una exelente teen al lado que se miraba bien. Primer contratiempo del día al llegar a pucela, pues un atasco monumental a la entrada hizo que perdiera el enlace a Palencia por unos escasos 4 minutos. Así que nada, unos 45 minutos de espera en pucela paseando por sus calles. Fui a ver a la señorita Vanesa pero no estaba en la tienda que me había dicho que trabajaba... o al menos yo no la vi. Cuando volví a la estación me encontré con uno de los protagonistas de la noche, Citores, con el cual ya hice el viaje hacia Palencia.
Allí ya me estaba esperando el señor Martin para ir a cenar a su casa junto con el señor Ordax. Ya en casa de Martin deglutimos una exelente tortilla "made in Martin's Mother" que estaba deliciosa o más. Y aquí acaba la parte más tranquila de la noche, tras las correspondientes fotos de rigor y los correspondientes agradecimientos por el trato recibido.
Próximo destino era el bar Extremadura, que vive sus últimos días, para iniciar y casi culminar (algunos, verdad Edu) la kalzada. Entre litros y litros de calimotxo, cerveza y gasolina fue llegando toda la tropa para una gran noche. Mencionar que eramos unos... ¿20? bueno, no lo se, eramos muchos en todo caso y de tanta gente que conocí anoche... decir que no me acuerdo del nombre de muchos. Lo siento, para la próxima, que la habrá, intentaré recordarlos. Un buen ambiente reinó a lo largo de toda la noche, pero este fue en el que estuvimos todos más... juntos por decir algo. Reunidos en torno a unas mesas, las cual ibamos usurpando a la gente que estaba en ellas hasta casi hacernos con el bar completo. Para finalizar, una foto de toda la tropa y rumbo al siguiente bar.
Visita casi obligada cada vez que voy a Palencia es la que hay que realizar a la cuna de "Ovni vago" que no es ni más ni menos que el bar "El Cordón" a degustar sus copas baratas, o mejor dicho, medias copas. Ahí ya empezamos a tomar alcohol de calidad, de primera división. Es decir, bacardis-naranjas y no tanto calimotxo, que me destroza.
Entre tan poco espacio pille una silla para recuperar un poco de fuerzas, puesto que había madrugado aquella mañana, y entre que casi vuelan el bar Pedro y Moe mientras jugaban con una estufa y Koala que hablaba de cosas extrañas... pues rumbo al siguiente sitio para alcoholizarnos.
Lo que si es visita obligada cada vez que visito Palencia es el bar donde trabaja Martin, y que por fin he sabido como se llama. Se llama "Pancho". Recientemente reformado y tal, ha quedado chulo, pero a la hora que fuimos, estaba llenisimo de gente. Como dice Marian, la jefa de Martin, "esto biene vien para pagar la reforma". Marian, que se enrolla mazo cada vez que voy nos recomendó ir a otro lado y volver más tarde para así hablar un rato con nosotros.
Pues nada, nos largamos a discutir a la calle a ver donde ibamos. Todo esto con un frío tremendo, así que decidimos ir a "La Santa Sed" a tomarnos unas copillas. Me llevo un buen recuerdo de este bar. Lo primero que veo nada más entrar es a una tremenda chica, rubita, guapisima, que me he quedado mirando como un gilipollas (dirá mucha gente que cada uno mira como lo que es) con lo cual casi me doy un tortazo con una plataforma que hay a la entrada donde la gente hace sus bailes. Sin dejar de mirar a la chica he pedido mi copa y ahí ya he perdido la noción de todo, tiempo, espacio, dinero... Sin duda ha sido el mejor rato porque estabamos ahí todos desfasaos, sin mucha gente o más bien con el bar para nosotros solos aunque al fondo hubiera mas gente, pero teniamos un espacio grande donde poder explayarnos a nuestro gusto, donde podias hablar con todo el mundo y donde cayeron un millón de fotos o más.
Pero yo no podía dejar de mirar a aquella chica. Es de esas veces que ves a alguien y dices... bueno, no dices nada, simplemente babeas y no reaccionas.
Nos hicimos unas fotos con ella y sinceramente creo que de todos las fotos, el que mejor pareja hacía con ella era yo. XDDDDDDD. Modestia aparte.
Pero todo tiene su fin, y nuestra estancia en este bar llegó al suyo. Me despedí educadamente de ella porque ante todo soy un caballero. La dije... no me acuerdo muy bien, pero la dije algo así como que nunca olviadaría a una chica tan guapa como ella y que fue un placer haber coincidido en esta vida y que no la volvería a ver más. Pero ella me dijo que la vida da muchas vueltas y no se que más y cuando iba a quedar con ella para tomar una copa cuando saliera de trabajar... llegó Edu y me arrastró hacia el siguiente bar con lo cual... hasta siempre Elena. Eso sí, me quedo con los besos que me dió.
Por fin llegó la visita al Pancho, el bar donde curra Martin, donde ya la kalzada era tremenda y ya las copas entraban con trabajo. Allí estuvimos un rato largo, no puedo precisar cuanto porque perdi la nocion en el bar anterior. Pero ya había cerrado y todo y nosotros ahí seguiamos de conversación. Ahí ya tomé mi última copa de la noche, ésta.
Cuando salimos del Pancho la indecisión se apoderó del grupo y no sabiamos que hacer, donde ir y que beber. Nos dimos un buen paseito por Palencia lo cual despejó a más de uno, entre ellos a mi. Llegamos a un bar que no se como se llama en el cual nos impidieron la entrada mientras el señor Moe se dedicaba a identificar monedas sólo por el ruido que hacían al caer. Lo que hace el aburrimiento.
Pues nada, más paseos para arriba y para abajo hasta que caimos casi por casualidad en el Club 38, que es un bar que se llama así porque va gente de 38 o más. Al menos pillamos un buen sitio en unos sofás y ahí me tiré un rato hasta casi la hora del tren mientras Martin, que llevaba un palo impresionante, Citores y Carmen fueron los más valientes porque aún tenian estómago para más copas.
Haciendo uso del título de cerrador de bares, nos echaron también de éste último y ya de ahí Ordax y yo decidimos que ya era hora de ir a la estación a coger el tren con destino Valladolid-Campo Grande y volver a nuestras respectivas casas.
Fuimos acompañados por los últimos supervivientes que valientemente, con -2ºC, aguantaron hasta el final y que son éstos.
Llegada a pucela sobre las 7:15 de la mañana y la rutina que ya volvía a hacer acto de presencia después de una noche de desmadre. Lo de siempre, café, botella de agua y mi amigo Marlboro hasta la hora de tomar el autobús con destino Zamora para llegar allí a eso de las 10 de la mañana. Tomar taxi hasta casa y a dormir hasta las 7 de la tarde.
Sólo me queda agradecer desde éstas líneas el trato recibido en Palencia por parte de los palentinos, claramente, a los que no sabría como compensar estas noches que disfruto en territorio vacceo. Muchas gracias a todos y a todas, a los que no enumeraré uno por uno puesto que me olvidaría de mucha gente y no quisiera hacerlo, por hacer que éstas noches sean únicas. Gracias de corazón y prometo repetir, que esto mola.
# posted by UnSeñorDeAdif : 4/10/2005 02:49:00 a. m.
Comments:
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Véase, en la foto con la rubita, donde se ubica la mano izquierda de Toxsi.(Ahora es donde vendría la foto en cuestión en oscuro, con un círculo más claro en dicha parte interesante jajajajaja) Ahí, ahí, arrimando la cebolleta.
Me alegro que disfrutaras, al fin y al cabo estas cosas son las que merecen la pena.
Me alegro que disfrutaras, al fin y al cabo estas cosas son las que merecen la pena.
pa que luego digan que mis fines de semana son mortales, anda que tu no te quedaste corto, eh! :D Pues venga, que no se quede en uno sólo, el próximo finde más :P Saludooos.
Hello a too el mundo soy Panero el d lo gris y negro de la última foto, bueno también soy el de la coleta que así se me distingue más.
Fue mortal el rato del cumple en el que estuve yo. a ver si hacéis más fiestas de estas que yo con too el morro me apunto. saludos.
Fue mortal el rato del cumple en el que estuve yo. a ver si hacéis más fiestas de estas que yo con too el morro me apunto. saludos.
# posted by 
: 4:37 p. m.
: 4:37 p. m.
Esee es mi Toxsi! Estuve a punto de ponerme celosa y todo de la rubia,jajaja! Tenías que haberle pedido el mvl o matar a Edu :p Bueno,la vida da muchas vueltas,jaja!
BesiKos!!
BesiKos!!
# posted by : 6:07 p. m.
: 6:07 p. m.
Edu declara:
No se porque no te dejaría despedirte de la muchacha xDDDD.
En fin, si es que cuando se me va, se me va.
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No se porque no te dejaría despedirte de la muchacha xDDDD.
En fin, si es que cuando se me va, se me va.
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