domingo, diciembre 19, 2004

Y otro amanecer mas...

...y ya van no se cuantos. Y es que esto de vivir toda la noche sin dormir está empezando a agotarme. No por el hecho en sí de pasarmelo bien o no, que ayer toco noche exelente, sino porque uno ya va mayor y la edad no perdona. Es una cosa que iba comentando con mi compañera de viaje, de la cual hablaré más adelante, de regreso a Zamora tras una larga e intensa noche pucelana.

Todo comenzó sobre las 18:00 del viernes tras la correspondiente ducha y salida zumbando para la estación de autobuses puesto los susodichos items no esperan por nadie y la hora de salida es la hora de salida.
Ni que decir tiene que a la llegada a Pucela me esperaba un generoso comité de bienvenida la cual me obsequió con diversos regalos. XD. No había nadie esperandome puesto que la única persona con la que había quedado, léase SRC·, aún no había llegado y me toco esperar unos 10 minutos.
Tras resolver nuestros pequeños negocios trapicheros decidimos ir a tomar algo para hacer tiempo, pues desde las 20:00 que llegué hasta la hora reunión nos esperaban unas largas 2 horas y media. Mientras la señorita se tomaba un café ¡azul! yo decidí comenzar con la ingesta de alcohol y pasé directamente del café y fui a por la cerveza, para ir entonando el cuerpo.

Es de destacar la puntualidad que la mayor parte de los integrantes demostró con la excepción del señor Chuela que para ser el personaje que más cerca vive del punto de encuentro apareció cuando dios le dió a entender. Decir también que conocí al único pucelander que me faltaba por conocer, el señor Ado. Encantado.

Primer objetivo fue la Ferroviaria donde degustamos unos exquisitos cachis de calimocho el cual hacia 4 o 5 años que no engullia. No me senti raro, pero la diferencia con el bacardí-naranja es palpable. Cuestión de paladares.
Empezaron las primeras tensiones con una minibatalla de gotitas de calimocho en los ropajes de los asistentes que pudo terminar mal, pero que afortunadamente todo quedó en un amago de fuga de Axe.
Proximo lugar para la ingesta de alcohol la Colombiana, donde además de tomarnos nuestros correspondientes "calis", no confundir con Back to Cali, disfrutamos del unico momento de buena musica de la noche, grandes temas aunque yo no me entere de mucho la verdad.
Mientras la peña se tajaba, a excepción de estacticante que no usaba alcohol, el señor Martin y un servidor decidieron poner a prueba sus habilidades al futbolin en un duelo mano a mano. He de reconocer que fui humillado aunque sólo perdí las dos partidas por 4-3, pero bueno, habiamos ido a tajarnos, no a jugar al futbolin.
En este momento el liquido acumulado en mi estómago empezaba a tambalearse peligrosamente así que sugerí la gran sugerencia de ir a zampar algo, que eran mas de las 12 y lo unico que había engullido ese día fue un plato de lentejas y mucho calimocho. Sin duda era hora de cenar.
Tenía curiosidad por saber que coño era eso de los kebabs, pues en mi vida habia probado dicha vianda. Si es verdad que habia oido hablar de ello pero nunca había jalado uno.
Notable sabor y notable como guarrería, pues el pringarse las manos, pantalones y demás prendas está a la orden del día cuando se zampa esto.
Y una vez repuestas las fuerzas... llega la hora del cachondeo exelente y la ingesta de alcohol sin control ni moderación.
Próxima parada Cañaveral. Comienzo de desvaríos varios acompañados de sus correspondientes "calis" y de sus, como no, inseparables momentos fotograficos que algún día haré publicos.
De aquí en adelante mis recuerdos son vagos, recuerdo que me dolian las piernas, recuerdo que caminamos mucho, recuerdo que durante y largo espacio de tiempo estuvimos esperando al señor Cítores que no apareció donde nos había citado.
Así que tras largas divagaciones y no menores idas de olla se tomó la decisión, a mi no me preguntaron, de ir a Bagur, lugar el cual fue aprovechado por la mayor parte de asistentes para despedirse y esfumarse cada uno a su camita a dormir sin compañia.
Así pues los señores palencianos Borja, Edu & Martin dirigieron sus pasos hacia la exelente ciudad de Palencia y los señores Al y Gofra dirigieron los suyos a sus respectivos hogares tras las correspondientes despedidas.
Supervivientes, señor Ado, señor Axe, señor Chuela, señor Davi, señorita SRC· y el que suscribe. Y como de perdidos al rio decidimos acabar de tajarnos con unas exelentes copazas a 5,5 € cada una de bebida llamemosle "diferente" pues el calimocho ya empezaba a hacer mella en mi estomago. Nada como unos Bacardis-naranja para arreglarlo.
Y así, entre copa y copa y en medio de una sesion de hard techno, se nos pasaron 2 horas haciendo el tolai y fotografiandonos de manera absurda la mayor parte de las veces hasta que dieron las 6 y nos dijeron "Ale, a la vía".
Y yo les hice caso. Tras la despedida del señor Axe (Chuela había emigrado un rato antes), los megasupervivientes de la kedada decidimos pulular desde Bagur hasta la zona del cuadro cual alma errante en las noches de tormenta. Evidentemente nos encontramos todo cerrado, no eran horas, así que decidimos tomar rumbo hacia el flamante coche del señor Ado y acercarnos a la estación de Renfe (en breve Adif) a disfrutar del ya típico desayuno de café, agua y Marlboro que ya avisé que iba a tener. Y no me equivoqué.
El señor Ado decidió que ya era muy tarde y optó por abandonar a eso de las 7:30 de la mañana, justo cuando el tren hotel "Francisco de Goya" procedente de París-Austerlitz hacía acto de presencia en la estación pucelana.
Así que sobre las 8:00 los ya hipermegasupervivientes de la kedada, léase señor Davi & señorita SRC· y el que suscribe, tomaron rumbo hacia la otra estación para ya, por fin... o por no fin... tomar el autobus de vuelta hacia la capital zamorana... una vez más, a pesar de los esfuerzos vanos de SRC· por que me quedara.
La verdad es que siempre me pasa lo mismo a la hora de tomar el autobus de vuelta, pienso en la rutina, las mismas caras... etc, todas esas cosas que ya he contado y que no me cansare de repetir.
Pero esta vez todo cambió. Un aliciente que me incitaba a tomar ese autobus y no mirar atras apareció mientras esperaba a subir al vehículo citado. "Hola" me dijo, y yo con cara de ojiplático, de decir, he bebido demasiado, esto no puede ser, es un sueño, etc.. dije "hola, que es de tu vida".
En ese momento mi corazón empezó a latir con más fuerza. Ahí estaba yo, después de una noche de fiesta, con un estado lamentable (no de tajado, sino de degollamiento) y después de unos 4 años sin verla, ante mi amor de los 20 años. Y es que hay cosas que cambian, y cosas que no. Y gente que cambia, y gente que no. Sigue tan símpatica como siempre, y sigue teniendo esa cara angelical de la cual me enamore desde el momento en que la ví. Y es que la señorita Vanesa es una de las chicas que más me ha marcado en el alma. Es de esas personas que cuanto más conoces mas quieres porque es una persona sencilla, con gran corazón y además es preciosa.
Sin duda mi mejor viaje de regreso a Zamora. Se me hizo corto. Y a pesar del sueño que tenía era imposible dormirme pues teniamos y seguimos teniendo muchas cosas que contarnos.
Recordamos viejos tiempos, sin duda muy buenos, tanto juntos como por separado. Y volví a sentir sus brazos rodearme,y volvi a sentir sus caricias, y volvi a sentir su delicada piel, y volví a sentir su calor, y volví a sentir sus labios besarme, y volví a sentir aquel cariño que nos teníamos mutuamente, y volví a vivir aquellos días que nunca volverán pero que hizo de ambos unas personas felices. Sinceramente crei que era un sueño. Sí, aún la quiero y me gustaría que todo volviera a ser como antes... pero es imposible, así que me limitaré a soñar.

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