sábado, noviembre 06, 2004
No tienes nada.
Con esa lapidaria frase me ha despachado mi madre esta mañana justo antes de comer. No tienes novia, no tienes carrera, no tienes dinero... Me he cabreado en cantidad, pero luego me he parado a pensar y he llegado a la conclusión de lo que quiere esta señora es que me largue de casa. Pues lo lleva crudo, porque los señores profesores están empeñados en que les pague la jubilación, las chicas pasan de ser mi "novia" y lo del dinero... bueno, currando donde curro gano unos aurelios, al menos ya no dependo de la paga semanal esa que dan todos los padres a sis hijos.
Estoy seguro que lo diría por vacilarme, porque apostaría un testiculo y parte del otro a que el día que emigue de este techo la va a dar una depresión de caballo.
Nada nuevo ha sucedido en mi vida, más que nada porque encerrado entre cuatro paredes no puede variar mucho la situación de una persona, asi que he aprovechado para "estudiar". Me estoy asustando de las horas que estoy echando ahora para estudiar. Seguramente luego no sirvan para nada, porque ya estoy acostumbrado y será la historia de todos los años. Un millón de horas de estudio y las mismas decepciones de siempre. Lamentable, sí, pero es la realidad.
Al menos ya he acabado la teórica de "Organización, medición y valoración de obras" y a 3 meses vista del examen tener esa parte terminada me da mucha moral para afrontar los siguentes retos entre los que me he marcado hacer ese curso del que tanto les he hablado y que, al final, sigo decidido a realizar.
Hoy he tenido una amplia y distendida conversación con la señorita Z. Quizás sean falsas impresiones, quizás sean falsas apariencias, pero a día de hoy parece una chica "exelente", aunque yo ya no me fío ni de mi sombra. Sólo tendré que esperar a una nueva visita a la zona L para comprobarlo, aunque mis fuentes -que son muy fiables- me indican que señorita Z bien merece unas horas de tren. Y yo... encantado.
Nuevamente se presenta un fin de semana triste y aburrido. No saldré de casa, aunque el deporte se presenta como buena alternativa, no porque vaya yo a practicarlo, sino que podre salir a verlo un rato, aunque todo se verá.
Estoy seguro que lo diría por vacilarme, porque apostaría un testiculo y parte del otro a que el día que emigue de este techo la va a dar una depresión de caballo.
Nada nuevo ha sucedido en mi vida, más que nada porque encerrado entre cuatro paredes no puede variar mucho la situación de una persona, asi que he aprovechado para "estudiar". Me estoy asustando de las horas que estoy echando ahora para estudiar. Seguramente luego no sirvan para nada, porque ya estoy acostumbrado y será la historia de todos los años. Un millón de horas de estudio y las mismas decepciones de siempre. Lamentable, sí, pero es la realidad.
Al menos ya he acabado la teórica de "Organización, medición y valoración de obras" y a 3 meses vista del examen tener esa parte terminada me da mucha moral para afrontar los siguentes retos entre los que me he marcado hacer ese curso del que tanto les he hablado y que, al final, sigo decidido a realizar.
Hoy he tenido una amplia y distendida conversación con la señorita Z. Quizás sean falsas impresiones, quizás sean falsas apariencias, pero a día de hoy parece una chica "exelente", aunque yo ya no me fío ni de mi sombra. Sólo tendré que esperar a una nueva visita a la zona L para comprobarlo, aunque mis fuentes -que son muy fiables- me indican que señorita Z bien merece unas horas de tren. Y yo... encantado.
Nuevamente se presenta un fin de semana triste y aburrido. No saldré de casa, aunque el deporte se presenta como buena alternativa, no porque vaya yo a practicarlo, sino que podre salir a verlo un rato, aunque todo se verá.
Comments:
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El señor R no se entera de lo que escribe el señor T... jeje.
Bueno, por lo menos estás escribiendo todos los días. Ya verás que pronto te cansas.
Y a los padres ni caso, que están para fastidiar.
Agur Ben-Hur.
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Bueno, por lo menos estás escribiendo todos los días. Ya verás que pronto te cansas.
Y a los padres ni caso, que están para fastidiar.
Agur Ben-Hur.
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